N.° 5467-M-2024.-TRIBUNAL SUPREMO DE ELECCIONES. San José, a las catorce horas quince minutos del treinta y uno de julio de dos mil veinticuatro.

 

Diligencias de cancelación de credenciales de regidor propietario que ostenta el señor Marco Aurelio Odio Aguilar en el Concejo Municipal de Santa Ana, provincia San José.

 

RESULTANDO

1.- Por oficio n.º 781-2024 del 19 de junio de 2024 (recibido en la Secretaría del Despacho ese día), el señor Roberto Josué Meléndez Brenes, secretario del Concejo Municipal de Santa Ana, comunicó que ese órgano, en la sesión ordinaria n.º 07 del 18 de junio del año en curso, conoció la dimisión del señor Marco Aurelio Odio Aguilar, regidor propietario. Junto con ese acuerdo, se recibió la carta de dimisión firmada digitalmente por el interesado (folios 2 y 3).

          2.- En razón de que el señor Roberto Spesny Garrón, además de ser concejal propietario del distrito Santa Ana, cantón Santa Ana, provincia San José, es también el candidato que sigue en la nómina de regidores propietarios del partido Del Sol (PDS) que sería llamado a ejercer un cargo en el referido concejo municipal, producto de la designación que se daría ante la eventual sustitución del señor Odio Aguilar, el Despacho Instructor, por auto de las 9:15 horas del 24 de junio de 2024, previno al señor Spesny Garrón para que indicara por cuál de esos dos cargos optaría en caso de resultar procedente la cancelación de las credenciales del citado edil titular. De no pronunciarse, se entendería que su voluntad es ejercer el cargo de mayor jerarquía, sea el de regidor propietario (folio 23).

          3.- La actuación jurisdiccional reseñada en el resultando anterior le fue notificada al señor Spesny Garrón el 9 de julio de 2024 (folio 29).

          4.- El señor Spesny Garrón no contestó la prevención de las 9:15 horas del 24 de junio de 2024.

5.- En el procedimiento se han observado las prescripciones de ley.

           Redacta el Magistrado Esquivel Faerron; y,

CONSIDERANDO

I.- Hechos probados. De relevancia para la resolución del presente asunto se tienen, como debidamente acreditados, los siguientes: a) que el señor Marco Aurelio Odio Aguilar fue electo regidor propietario de la Municipalidad de Santa Ana, provincia San José (resolución de este Tribunal n.º 2218-E11-2024 de las 14:00 horas del 12 de marzo de 2024, folios 6 a 20); b) que el señor Odio Aguilar fue propuesto, en su momento, por el partido Del Sol (PDS) (folio 21); c) que el señor Odio Aguilar renunció a su cargo de regidor propietario (folio 3); d) que el Concejo Municipal de Santa Ana, en la sesión ordinaria n.º 07 del 18 de junio de 2024, conoció de la citada dimisión (folio 2); e) que el señor Roberto Spesny Garrón, cédula de identidad n.º 106050664, además de ser concejal propietario del distrito Santa Ana, es también el candidato que sigue en la nómina de regidores propietarios PDS, que no resultó electo ni ha sido designado por este Tribunal para desempeñar ese cargo (folios 4, 5, 16 vuelto, 17 y 21); f) que al señor Spesny Garrón se le previno para que indicara cuál de los citados cargos deseaba desempeñar (folio 23); g) que, pese a ser debidamente notificado, el señor Spesny Garrón no se pronunció acerca de cuál puesto prefería desempeñar (folios 23 y 29); y, h) que la señora Paula Blanco Cantillo, cédula de identidad n.º 109950820, es la candidata a concejal propietaria del distrito Santa Ana -propuesta por el PDS- que no resultó electa ni ha sido designada por este Tribunal para desempeñar ese puesto (folios 4, 32 y 34).

II.- Sobre la renuncia presentada. El artículo 171 de la Constitución Política dispone que los regidores municipales “desempeñan sus cargos obligatoriamente”, obligatoriedad que debe entenderse referida al debido cumplimiento de las responsabilidades propias del cargo mientras se ostente la investidura, pero no a la imposibilidad de renunciar a él cuando circunstancias personales o de otro orden así lo indiquen. La renuncia a cualquier cargo público, incluyendo los de elección popular, es inherente a la libertad como valor constitucional de que gozan todas las personas, pues constituye un derecho fundamental reconocido en el artículo 20 de la Constitución Política. En ese sentido, la mayoría de este Tribunal es del criterio que la renuncia formulada por un regidor, en los términos establecidos en el inciso c) del artículo 24 del Código Municipal, constituye causal para la cancelación de la credencial que, en ese carácter, ostenta.

De no aceptarse la posibilidad de la renuncia pura y simple se atentaría contra un derecho fundamental: la libertad, previsto no solo en la Constitución Política sino también en los instrumentos jurídicos internacionales de derechos humanos de los que es parte el Estado Costarricense, siendo una de sus manifestaciones el poder optar por mantenerse o no en determinado cargo. Igualmente, en caso de no accederse a la posibilidad de una renuncia voluntaria, se induciría al regidor a incurrir en una causal sancionatoria, como podría ser el abandono de sesiones, con evidente lesión a los intereses de la Corporación Municipal.

Por ello, al haberse acreditado que el señor Odio Aguilar, en su condición de regidor propietario de la Municipalidad de Santa Ana, renunció a su cargo y que su dimisión fue conocida por el Concejo Municipal de ese cantón, lo procedente es cancelar su credencial y suplir la vacante conforme corresponda.

III.- Sobre la sustitución del señor Odio Aguilar. Al cancelarse la credencial del señor Marco Aurelio Odio Aguilar se produce una vacante de entre los regidores propietarios del citado concejo municipal, que es necesario suplir según las reglas que determinaron la elección. El artículo 208, párrafo segundo del Código Electoral regula la sustitución de diputados, regidores o concejales de distrito ante circunstancias de fallecimiento, renuncia o incapacidad de estos para ejercer el cargo y establece que el Tribunal Supremo de Elecciones “dispondrá la sustitución llamando a ejercer el cargo, por el resto del período constitucional, a quien en la misma lista obtuvo más votos o a quien siga en la misma lista, según corresponda”.

En consecuencia, esta Magistratura sustituirá a los ediles titulares que deban cesar en sus funciones, con los candidatos de la misma naturaleza (propietarios) que sigan en la lista del partido político del funcionario cesante, que no hayan resultado electos ni hayan sido designados para desempeñar el cargo.

De esa suerte, al tenerse por probado que el señor Roberto Spesny Garrón, cédula de identidad n.º 106050664, es el candidato que sigue en la nómina de regidores propietarios del PDS, que no resultó electo ni ha sido designado por este Órgano Constitucional para desempeñar una regiduría, se le designa como edil titular de la Municipalidad de Santa Ana. La presente designación rige desde su juramentación y hasta el 30 de abril de 2028.

IV.- Sobre la cancelación de la credencial de concejal propietario que ostenta el señor Spesny Garrón.  Al haberse designado al señor Roberto Spesny Garrón como regidor propiedad en la Municipalidad de Santa Ana, se genera una incompatibilidad para el desempeño simultáneo de ese cargo y el de concejal propietario del distrito Santa Ana, por lo que lo procedente es cancelar esta última credencial, como en efecto se ordena.

V.- Sustitución del señor Spesny Garrón en el Concejo de Distrito de Santa Ana.  Al cancelarse la credencial del señor Spesny Garrón se produce, entre los concejales propietarios del PDS en el Concejo de Distrito de Santa Ana, una vacante que es necesario suplir conforme lo establece el párrafo segundo del artículo 208 del Código Electoral, sea: “…llamando a ejercer el cargo, por el resto del período constitucional, a quien (…) siga en la misma lista, según corresponda”.

En este caso, al haberse acreditado que la candidata que sigue en la nómina del referido partido político, que no resultó electa ni ha sido designada por este Tribunal para desempeñar el cargo es la señora Paula Blanco Cantillo, cédula de identidad                n.º 109950820, se le llama al ejercicio del puesto de concejal propietaria del citado distrito. La presente designación lo es por el período que va desde su juramentación hasta el 30 de abril de 2028.

POR TANTO

Se cancela la credencial de regidor propietario de la Municipalidad de Santa Ana, provincia San José, que ostenta el señor Marco Aurelio Odio Aguilar. En su lugar, se designa al señor Roberto Spesny Garrón, cédula de identidad n.º 106050664. Se cancela la credencial que, como concejal propietario del distrito Santa Ana, ostenta el señor Spesny Garrón. En consecuencia, como concejal propietaria del distrito Santa Ana, se designa a la señora Paula Blanco Cantillo, cédula de identidad n.º 109950820. Estas designaciones rigen desde las respectivas juramentaciones y hasta el 30 de abril de 2028. La Magistrada Bou Valverde salva el voto. Notifíquese al señor Odio Aguilar, al señor Spesny Garrón, a la señora Blanco Cantillo, al Concejo Municipal de Santa Ana y al Concejo de Distrito de Santa Ana. Publíquese en el Diario Oficial.

 

 

Eugenia María Zamora Chavarría

 

 

 

                                                                                            Max Alberto Esquivel Faerron                                            Zetty María Bou Valverde

                                

 

VOTO SALVADO DE LA MAGISTRADA BOU VALVERDE

 

La suscrita Magistrada, con el debido respeto, se aparta del criterio adoptado por la mayoría del Tribunal en lo referente a la renuncia del señor Odio Aguilar y su respectiva sustitución y, en ese sentido, salvo el voto por las razones que de seguido se exponen.

Conforme he externado en anteriores oportunidades, una de las características de la relación de servicio que vincula a los funcionarios con la Administración a la que sirven es su carácter voluntario; razón por la cual los cargos públicos son renunciables, debiéndose considerar que una renuncia de tal tipo constituye un acto unilateral, de suerte tal que no requiere de aceptación alguna para que surta efecto (así lo precisaba la Procuraduría General de la República en su dictamen n.° C-092-98 del 19 de mayo de 1998).

La anterior regla queda excepcionada en relación con los regidores municipales, debido a que la Constitución Política estipula, expresamente, que “... desempeñarán sus cargos obligatoriamente...” (artículo 171). Dicha disposición resulta de una larga tradición constitucional, la cual se remonta a la Constitución de Cádiz de 1812, cuyo artículo 319 establecía que el referido cargo municipal era “… carga concejil, de que nadie podrá excusarse sin causa legal…”.

Por su parte, el inciso c) del artículo 24 del Código Municipal establece, como causa de pérdida de la credencial de regidor, "La renuncia voluntaria escrita y conocida por el Concejo"; constituyendo el anterior, uno de los supuestos en que le corresponde al Tribunal Supremo de Elecciones decretar la cancelación de tal credencial, en la inteligencia del inciso b) del artículo 25 de ese mismo Código. Esas disposiciones del Código Municipal deben ser interpretadas "conforme a la Constitución.".

El principio de interpretación del bloque de legalidad "conforme a la Constitución", que ha sido receptado por la jurisprudencia constitucional, constituye el corolario de la eficacia directa del clausulado constitucional, como bien lo entiende la doctrina constitucionalista:

“La supremacía de la Constitución sobre todas las normas y su carácter central en la construcción y en la validez del ordenamiento en su conjunto, obligan a interpretar éste en cualquier momento de su aplicación por operadores públicos o por operadores privados, por Tribunales o por órganos legislativos o administrativos en el sentido que resulta de los principios y reglas constitucionales, tanto los generales como los específicos referentes a la materia de que se trate” (García de Enterría, Eduardo, La Constitución como norma y el Tribunal Constitucional, Madrid, Civitas, 1988, pág. 95).

Por ello y en virtud del principio de unidad del ordenamiento, así como de la necesidad de rehuir del vacío que produce la invalidación normativa, frente a varias interpretaciones posibles de un precepto ha de preferirse aquella que salve de un potencial roce constitucional (véase, en el mismo sentido, de Otto, Ignacio, Derecho Constitucional, Sistema de fuentes, Barcelona, Ariel, 1988, pág. 80). Igual criterio debe presidir la actividad de integración del ordenamiento, para colmar sus insuficiencias. Con ello las normas constitucionales y los principios que recogen adquieren un rol dominante en la concreción de los sentidos normativos; a lo cual va aparejada una implícita prohibición para el intérprete de recurrir a criterios hermenéuticos que conduzcan a resultados contradictorios con dichas normas y principios.

La anterior exigencia interpretativa obliga a entender que los citados numerales del Código Municipal únicamente autorizan a cancelar las credenciales del regidor que renuncia a su cargo, cuando tal renuncia se base en motivos excepcionales que razonablemente eximan al interesado del cumplimiento de su deber constitucional, previamente valorados por el respectivo Concejo Municipal. Solo de esa manera es posible conciliar la obligatoriedad del cargo, impuesta constitucionalmente, con el principio de que nadie está obligado a lo imposible.

En los anteriores términos he sustentado mi criterio disidente desde hace varios lustros.  Además, considero oportuno manifestar, a mayor abundamiento, cuanto sigue.

La decisión del constituyente originario en torno a la obligatoriedad del ejercicio de la regiduría fue tácitamente ratificada por el constituyente derivado: al momento de repensar el artículo 171 constitucional y reformarlo parcialmente en 1958 y 1961, mantuvo incólume ese rasgo de obligatoriedad, pudiendo haberlo modificado.  En su lugar, suprimió únicamente su gratuidad, no siendo a nuestro juicio incompatible ni tampoco contradictoria la referida obligatoriedad con el nuevo carácter remunerado del ejercicio de tal función pública.  Así las cosas, estamos de frente a una norma constitucional vigente (que debe ser aplicada con mansedumbre por el operador jurídico, con independencia de su juicio personal sobre la conveniencia de la misma), claramente formulada (que por ello no puede ser desconocida por el juez -sea el ordinario o el electoral- alegando estar interpretándola) y que no roza el principio general de libertad (ni mucho menos el derecho de asociación, que no se aprecia cómo pueda estar involucrado en la situación que se analiza).

Sobre esta última afirmación, cabe recordar que la ciudadanía no sólo está conformada por un conjunto de derechos políticos, sino también por deberes de esa misma naturaleza.  Por regla del constituyente, uno de estos últimos es justamente el deber de desempeñar el cargo de regidor, que se asumió a partir de la libérrima decisión de postularse, mientras no haya motivos justificados y sobrevinientes que desliguen al ciudadano de ese compromiso cívico que se contrajo ante los electores; cargo que, en todo caso, no supone una relación de empleo público y cuyo ejercicio resulta compatible con cualquier otra actividad laboral, profesional o empresarial que tenga o desee asumir el regidor. En ese tanto, no es una carga irrazonable o excesiva ni tampoco impide la realización del destino personal que cualquier persona pueda haberse fijado en un marco de libertad. Un ejemplo similar, aunque en este caso de origen legal, lo es el cargo de integrante de las juntas electorales, que el Código Electoral califica como “honorífico y obligatorio” (art. 30 y 33); al hacerlo, refuerza una visión republicana de la ciudadanía y realza la existencia de responsabilidades que atan al individuo con la polis.

En el subjudice, no habiéndose acreditado (por las vías probatorias idóneas) motivos excepcionales que razonablemente eximan al interesado del cumplimiento de su deber constitucional, la suscrita Magistrada considera que no cabe ordenar la cancelación de la credencial de regidor propietario que ostenta el señor Marco Aurelio Odio Aguilar.

 

 

 

 

 

Zetty María Bou Valverde

 

 

 

Exp. n.° 227-2024

ACT/smz.-